lunes, 27 de octubre de 2008

Se eligió este tema...

porque el alcoholismo social en el adolescente se nos presenta en el transcurso del tiempo con mayor frecuencia y cada ves en vidas mas recientes
Al decir esto nos vemos alertados y decidimos informarnos e informar a cerca de esta adicción.
Por otra parte compartimos con un grupo que consume de manera excesiva y presenta problemas emocionales físicos familiares, etc.
Consecuentemente nos sentimos capaces de ayudar a la gente involucrada, brindándoles apoyo para elegir alternativas correctas y así poder salir adelante

Objetivos

nuestro principal fin del trabajo es buscar una solución al problema “alcoholismo social en el adolescente” con su debido tratamiento cuidado y mantenimiento de la persona con respecto al alcohol
Objetivo secundario: concientizar acerca de las causas y consecuencias a los adolescentes para prevenir el consumo excesivo de alcohol y así conservar su bienestar mental y físico

Diseño de investigación

Área: alcoholismo social.

Tema general: alcoholismo social en Tucumán.

Tema específico: alcoholismo social en yerba buena.

Tema más específico: causas y efectos del alcoholismo social en adolescentes entre 13 y 18 años.

Problema:


1. ¿Cuáles son las causas y efectos que llevan a los adolescentes a consumir alcohol?

2. ¿Consumen solo para divertirse, o hay problemas personales detrás de todo esto?

3. ¿Consumen para acceder a un grupo social?

4. ¿Aparte de la cirrosis que otras consecuencias fisiológicas se pueden encontrar?

5. ¿La gente es consiente de lo que hace cuando se encuentra alcoholizada?

6. ¿Los padres tienen control sobre sus hijos con respecto al tema?

7. ¿Por qué por que los adolescentes dependen del alcohol para divertirse?

Alcohol social

En la actualidad asistimos a una creciente demanda de información sobre los patrones de consumo de alcohol en nuestra sociedad, por la problemática social y personal que plantea. Dentro de estos patrones adquieren una mayor importancia los asociados a las pautas de consumo de la adolescencia y juventud, que va aumentando, tanto en número de bebidas adquiridas, como en el de su graduación alcohólica.
La accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a menores. La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los escolares, según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar 1998 (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas), es de 13.6 años, y la edad media de inicio de consumo semanal se sitúa en los 14.9 años, según esta fuente las chicas registran mayor prevalencia de consumo de alcohol, aunque en cantidades menores. El 84.2% de los escolares ha consumido alcohol en alguna ocasión y el 43.9% consume al menos una vez a la semana. En cuanto a los episodios de embriaguez el 41% de los escolares se han emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% en el último mes.
Un 80% de las muertes registradas entre adolescentes se deben a causas violentas y dentro de ellas las relacionadas con drogas o alcohol representan el 50%, existiendo un mayor porcentaje de suicidios en los adictos a estas sustancias. Además, se consideran los factores familiares de gran importancia en el inicio y curso clínico de la adicción al alcohol y otras drogas, ya que hasta un tercio de los niños tienen su primera oferta de consumo de bebida alcohólica dentro del ambiente familiar, por lo que la implicación de la familia tiene gran importancia en todo programa terapéutico.

Planteo y solucion del problema

Causas, incidencia y factores de riesgo

El alcoholismo es un tipo de drogadicción, en la cual hay tanto dependencia física como mental.
El alcoholismo se divide en dos categorías: dependencia y abuso. Las personas con dependencia del alcohol gastan mucho tiempo bebiéndolo y consiguiéndolo.
La dependencia física implica:
• Una necesidad de cantidades de alcohol cada vez mayores para alcanzar la embriaguez o lograr el efecto deseado
• Enfermedades relacionadas con el alcohol
• Lapsus de memoria (lagunas o amnesia alcohólica) después de episodios de bebida
• Síntomas de abstinencia cuando se suspende el consumo de alcohol

El comportamiento más grave con relación a la bebida incluye las borracheras prolongadas que llevan a problemas físicos y mentales. Algunas personas son capaces de ganar control sobre su dependencia en las fases iniciales antes de perder el control totalmente, pero nadie sabe cuáles bebedores empedernidos serán capaces de retomar el control y cuáles no.
No existe una causa común conocida del alcoholismo. Sin embargo, varios factores pueden jugar un papel importante en su desarrollo. Una persona con una madre o con un padre alcohólico tiene más probabilidades de volverse alcohólica que una persona sin antecedentes de alcoholismo en la familia inmediata.
La investigación sugiere que ciertos genes pueden aumentar el riesgo de alcoholismo, pero no se sabe qué genes o cómo funcionan.
Entre los factores psicológicos pueden estar:
• Una necesidad de aliviar la ansiedad
• Conflicto en relaciones interpersonales
• Depresión
• Baja autoestima
Entre los factores sociales están:
• Facilidad para conseguir el alcohol
• Presión de compañeros
• Aceptación social del consumo de alcohol
• Estilo de vida estresante
La incidencia del consumo de alcohol y problemas conexos está aumentando. Los datos indican que alrededor del 15% de las personas en los Estados Unidos son bebedores problema y aproximadamente del 5 al 10% de los hombres bebedores y del 3 al 5% de las mujeres bebedoras podrían diagnosticarse como dependientes del alcohol

Marco teótico

• http://www.saludalia.com/Saludalia/web_saludalia/vivir_sano/doc/alcohol_y_drogas/doc/alcohol_jovenes.htm
• Diario El Clarín
Universidad de medicina de La Rioja -Rodrigo Arias Duque. División de Ciencias de la Salud. Universidad Santo Tomás

alcohol al volante



Alcohol al volante


En el país, alrededor de 4.000 personas mueren por año en accidentes de tránsito. Y unas 70.000 sufren lesiones. Según una encuesta en hospitales, el alcohol es protagonista en tres de cada diez accidentes. Los más afectados son los varones, en la franja que va de los 15 a los 24 años. Es porque son los que más toman y están más involucrados en los choques. El efecto en el organismo y las consecuencias en la conducción.





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Leonardo-Torresi.






En la Argentina, no existe un dato unificado. Si las cifras de las ONG que se dedican a la educación vial calculan entre 7.000 y 10.000 los muertos anuales, los organismos oficiales son algo más cautos. El Registro Nacional de Accidentes de Tránsito (depende del Ministerio de Justicia) calculaba 4.062 muertes anuales en 2002. Y el Ministerio de Salud certificó 3.399 muertes en 2003. Y unas 4.000, en 2004. Los heridos, unos 70.000.

Esas son cifras generales. Pero ¿en cuántos casos está involucrado directamente el alcohol? Las estadísticas son incompletas porque en la Argentina no se hace el seguimiento a 30 días (donde alguien que queda muy grave puede morir). Además, los conductores que causan muertes suelen escapar, y cuando aparecen los exámenes de alcoholemia ya son inútiles. Con estas limitaciones, algunas pistas permiten acercarse a la dimensión del problema. Las personas que van de los 15 a los 34 años son las que más alcohol consumen y, a la vez, representan la franja con mayor cantidad de muertes y heridas graves en accidentes de tránsito.

Son datos separados que, juntos, hablan. Un indicador más concreto lo aporta una encuesta que realizó el INDEC a pedido de la Secretaría Nacional contra la Droga y el Narcotráfico (SEDRONAR), en salas de emergencia de hospitales de todo el país. Abarcó a 14.885 pacientes y uno de los resultados fue que el alcohol estaba presente en el 28,5 por ciento de los casos de accidentes de tránsito.

No es casual: el mismo estudio arrojó que el alcohol es la sustancia psicoactiva con mayor impacto sobre el sistema de emergencias. ¿Cómo se traduce? De quienes se atendieron de urgencia y habían tomado recientemente alcohol, el 83 por ciento debía la atención directamente a ese consumo: había terminado en la guardia por excederse de copas.

Números que asustan

Como se ve, por casa el problema es grande. Pero en todo el mundo el alcohol es una de las principales causas de accidentes de tránsito. Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud reveló que un conductor que bebe antes de manejar tiene 17 veces más riesgo de tener un choque fatal. El 13 por ciento de las muertes masculinas en accidentes y el 3,4 de las femeninas tienen que ver con el alcohol. Otro dato, de la Organización Mundial de la Salud, sostiene que el 25 por ciento de la muertes por lesiones son por accidentes de tránsito.

De los veinte pesos que sacaba limpios por día, el remisero Supatto separaba diez para pagar la cuota de su casa. Después de unos años en Paso del Rey, había vuelto a su pueblo, con su mujer y sus hijos, para instalarse definitivamente. Primero trabajó con una camioneta repartiendo pan, después con el remís. Todo terminó la madrugada del 18 de septiembre de 2004, frente a la remisería de la avenida San Martín y Pueyrredón.

El remisero fue víctima de la imprudencia y del alcohol que tomó otro. No siempre es así. En enero, en Monte, seis chicos de entre 17 y 20 años murieron cuando el auto en el que viajaban chocó de frente contra un camión con 30.000 kilos de cemento. Habían estado en un cumpleaños y en un boliche. En el velorio, una amiga del chico que manejaba contó que le había pedido que manejara tranquilo porque había tomado. Y que uno de los amigos le había querido sacar las llaves. El choque se produjo cuando el muchacho intentó pasar a tres coches a la vez.

Los jóvenes varones son el grupo de mayor riesgo. De acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación, el 75 por ciento de las víctimas de accidentes fatales son hombres y la franja de 15 a 24 años es la más perjudicada.

Con esta hipótesis de que la combinación alcohol-conducción representa un peligro, durante el verano la Subsecretaría contra las Adicciones bonaerense se puso de acuerdo con la cámara que nuclea a las discotecas para evitar que el llamado after hour interbalneario siguiera provocando accidentes graves. "Unificamos los horarios de cierre, para que los chicos no fueran de un boliche a otro a medida que iban cerrando. Y la cantidad de accidentes bajó. La relación con el alcohol es directa", sostiene Claudio Mate, el titular del área.

Según el funcionario, la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en estaciones de servicio, también redujo los accidentes. "En Brasil, en las estaciones de servicio se ven displays con gin", explica. En la Ciudad de Buenos Aires, el año pasado, habían ensayado un acuerdo con las discos para lograr que quienes no salían en condiciones de manejar dejaran el auto en el estacionamiento hasta el otro día.

En 2004, un estudio en el Hospital Presidente Perón de Avellaneda arrojó que el 33 por ciento de los accidentes con vehículos estaba relacionado con el consumo de sustancias psicoactivas, en la mayoría de los casos el alcohol. Un año antes, el Hospital Cullen, de Santa Fe, recopiló información de la guardia y concluyó que en el 80 por ciento de los choques el conductor tenía algún trago de más. Son datos sueltos, pero refuerzan la tendencia. Salvo para los colectiveros, camioneros o cualquier conductor profesional (donde el límite legal es cero), o para los motociclistas (0,2), la ley establece en 0,5 gramos por litro de sangre el máximo dosaje permitido para salir a manejar. Se llega con dos copas de vino. Los especialistas sostienen que con esa cantidad de alcohol es inconveniente manejar: la automatización de funciones se resiente, las reacciones son más lentas y se produce la llamada visión túnel: la pérdida progresiva de las percepciones visuales laterales.

"Lo ideal es salir sin haber bebido una gota. Con un poquito, las maniobras de esquive ya se alteran", sostiene Alfredo Achával, presidente del Colegio de Peritos Médicos Legistas de la Capital. En ese criterio coincide Alberto Silveira, de la Asociación Luchemos por la Vida, que contó 7.137 muertos por accidentes de tránsito en 2004. Unos 20 por día, en un país que registra uno de los índices más altos de mortalidad en este rubro. Silveira calcula que el alcohol está presente "por lo menos en la mitad de los choques con muertes". Eso, apunta, incluye a quienes van solos y chocan contra una columna o quienes son atropellados porque cruzan una calle borrachos.

Efectos que produce el alcohol en el organismo

El alcohol está formado por una molécula de dos
Átomos de carbono y un grupo oxhidrilo (OH) unido
A uno de los dos carbones, cuya estructura resulta
muy soluble al agua (hidrofilia), e insoluble en grasas
(lipófoba) (Sánchez-Tutret, 1997); se difunde
fácilmente a través de las membranas biológicas,
lo cual permite una amplia y fácil dispersión en el
cuerpo. Debido a la gran permeabilidad de las
membranas pulmonares, se puede analizar
mediante el aliento.
El alcohol es capaz de atravesar la barrera
hemoencefálica en un 90%, de ahí que se le atribuye
un efecto directo, logrando incluso interferir
en los potenciales de acción nerviosa; su
influencia sobre la conducta se origina en la alteración
de la corteza cerebral (Souza y Macharro,
1988).
Cuando el alcohol se ingiere produce cambios
bioquímicos hasta ser convertido en una sustancia
llamada acetaldehído, que pasa a la sangre
y se convierte en compuestos inertes; una
vez el alcohol ha sido metabolizado en
acetaldehído, produce el cuadro de intoxicación;
algunos teóricos sostienen que éste actúa sobre
los neurotransmisores cerebrales para producir
tetraisoquinolinas que interfieren en el funcionamiento
neuronal. Sin embargo, los datos disponibles
sobre su acción cerebral hablan de modos
de acción inespecíficos. Lo mismo sucede
con la acción de otros depresores del SNC.
Otro efecto reconocido es la alteración del metabolismo
de la aldosterona, que produce retención
de sodio, potasio y cloro; el poderoso efecto
del alcohol en el gasto urinario ocurre, en
parte, debido al resultado del efecto de la hipófisis
posterior sobre la hormona antidiurética (Souza y
Machorro, 1988). El 95% del alcohol ingerido
permanece en el organismo hasta ser metabolizado
a nivel hepático, en anhídrido carbónico (CO2) y
agua (H20). Del 1 al 5% se elimina por el aire
respirado y del 1 al 15% se elimina por la orina.
Las propiedades sedantes del alcohol hacen que
éste tenga sobre el organismo un efecto anestésico
sobre algunas áreas del cerebro, disminuyendo
su actividad; y como todo medicamento
sedante-hipnótico, actúa para favorecer la
inhibición sináptica, producida por el transmisor
denominado ácido gamma-aminobutírico
[GABA] (igual sucede con las anfetaminas y barbitúricos).
El efecto anestésico se lleva a cabo principalmente
a través de una acción inhibitoria en los
receptores NMDA del neurotransmisor glutamato,
que tiene un poder exitatorio en el cerebro
(Collinbridge y Lester citados por Sánchez-Tutret,
1997), produciendo modificaciones en el mecanismo
neuronal del hipocampo y córtex, lo que
podría constituir correlatos neuroquímicos de la
memoria y ser la base de sus efectos anestésicos
(Sanchez-Tutret, 1997).
Parece que el neurotransmisor GABA actúa en
muchas regiones cerebrales y, como se sabe, un
medicamento que modifique las sinapsis
gabérgicas producirá los más variados efectos
sobre el comportamiento del individuo, de ahí
la importancia de su estudio.
En los últimos años, varios laboratorios han podido
demostrar que en muchas sinapsis
gabérgicas el receptor para el GABA se encuentra
muy relacionado con otras moléculas proteicas
de la membrana postsináptica; una de estas
moléculas asociadas a este receptor ha recibido
el nombre de receptor benzodiacepíni-co. Como
su nombre lo indica, esta molécula tiene una
especial afinidad para unirse a las moléculas de
benzodiacepina.
Otra de las proteínas que está en relación con el
receptor para el GABA tiene una especial afinidad
para unirse a los barbitúricos y a algunos otros
tipos de medicamentos con actividad neurológica,
tales como el etanol, lo que forma un único mecanismo
molecular complejo que se denomina complejo
del receptor GABA. Cuando una molécula de
benzodia-cepina, barbitúrico, alcohol u otro medicamento
se une al complejo del receptor GABA,
produce una mayor inhibición de los impulsos nerviosos
en la célula postsináptica.


Universidad de La Rioja

Un fin de semana para cualquiera

Qué cuánto y cómo consumen

Las pautas de consumo en el mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo.
Así podemos destacar como características principales de este grupo de edad en su relación con la adicción alcohólica:

Búsqueda de nuevos motivos para el consumo, destacando sobre todo la afectación en la esfera psicoactiva de la personalidad. Evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez, bebiéndose más alcohol y de más graduación.
Concentración de los períodos de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de "borracheras", y lo que ello conlleva como alteraciones del orden público o accidentes de tráfico.
Progresivo descenso de la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios, se localiza sobre los 12 años, aunque es en torno a los 16 años donde se produce una modificación de las pautas de consumo.
La cerveza (entre semana) y las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana) encabezan el ránking de bebidas preferidas entre los jóvenes.
En el entorno adolescente y juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una ausencia de consumo en el contexto familiar.
Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos" como hemos visto anteriormente, dejando los aspectos negativos "para los demás"("eso no me pasará a mí").
Al analizar los efectos producidos por el consumo de alcohol es probable que el joven elija la estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De este modo se construyen pensamientos propios ("no todos los que beben alcohol tendrán una dependencia física o psicológica" "no todos tienen accidentes de coche", "el alcohol afecta a los otros, que no controlan, pero no a mí"...) que contribuyen a reforzar los efectos o ideas positivas.

Cómo actuar sobre el problema

Es importante no considerar de forma aislada a los jóvenes del contexto social en que se desenvuelven, sino a ambos conjuntamente, para tener siempre presente los respectivos elementos del sistema: jóvenes, familia, escuela, y barrio o municipio y actuar conjuntamente sobre todos ellos.
Así podíamos considerar diferentes actitudes o pautas de actuación frente al problema, entre los que destacarían:

Diseñar programas de educación, en los que se incida no sobre los efectos negativos del consumo alcohólico, sino sobre los efectos positivos del no consumo, este pequeño matiz, haría que las medidas tuvieran una mejor acogida general y una mayor eficacia.
Orientar las actuaciones en el nivel educativo cuestionando y delimitando los efectos positivos del alcohol, que es el conjunto de creencias más desarrollado. Se debe partir de una información realista, que sitúe en su término más justo los "efectos reforzantes" del alcohol, pero que también muestre sus límites. Además existen una serie de creencias erróneas respecto al alcohol (aumento de la potencia sexual, modo de combatir el frío, o como utilidad terapéutica), transmitidas de generación en generación que necesitan ser desmontadas.
Desarrollar programas de entrenamiento en habilidades sociales, para actuar principalmente en la preadolescencia, antes de que se instaure el consumo habitual de alcohol, para ayudar a esta población a hacer frente a la enorme presión que el grupo ejerce sobre aquellos que no beben. Para ello se debe formar a profesores del sistema educativo, educadores de calle, animadores sociales, etc.
Hay que utilizar medidas eficaces que no tienen porque ser las más costosas. Hacer más baratas las bebidas no alcohólicas, ya que actualmente es más barato consumir una bebida alcohólica que un refresco, así como potenciar bebidas exóticas con menor o nulo contenido alcohólico pero "que entren por los ojos" a los jóvenes.
Conseguir imponer líneas de trabajo que logren que la edad de inicio del consumo habitual de alcohol se retrase lo máximo posible, lo cual tendrá una incidencia importante en la prevención de los consumos problemáticos del alcohol.
Formular objetivos para evitar la desconexión de los adolescentes de los sistemas de contexto, sobre todo educativo, modificar las creencias de adolescentes y jóvenes sobre el alcohol, trabajando fundamentalmente sobre las motivaciones de consumo, o diseñar estrategias para reducir lo máximo posible el dinero que los jóvenes llevan encima los fines de semana.
Actuar sobre los espacios físicos por donde se mueve la juventud, revisando su diseño. Así podemos:

Ceder lugares donde creemos espacios lo más parecidos a los bares y ponerlos en manos de grupos o entidades no controlados por la Administración, que les dé más libertad.
Estimular programas que comporten la presencia de educadores en lugares que ellos frecuentan.
Obligar a los bares a crear espacios alejados de la barra y con un volumen de música reducido que permita la comunicación y la organización de actividades atractivas que concentren el tiempo de ocio y diversión.
Incidir en la importancia de la familia como factor regulador del consumo y como medio de información.
Por último, estimular el debate entre las diversas fuerzas políticas para la creación de diversos programas juveniles

Paradigma

La investigación que hemos llevado a cabo trata de un tema que no es nuevo en la sociedad. Nuestro paradigma es interpretativo ya que el objetivo de la investigación es comprender e interpretar. Dicha investigación se encuentra dentro del marco de lo explicativo ya que va mas haya de la descripción de conceptos o fenómenos; esta dirigida a responder a las causas de los eventos ya sean físicos o sociales como es en nuestro caso. Además es una investigación de carácter cualitativo ya que se basa en la recopilación de datos. Nosotros nos basamos en técnicas como la observación para fundamentar con profundidad las realidades que vivimos, las formas de interactuar en diferentes relaciones, etc.
Habitualmente disponemos de variada información, paginas de red, diarios, revistas, etc. pero como mencionamos anteriormente nos basamos en la observación como principal factor. Por otra parte decidimos analizar los fenómenos sociales del tema tratado, como por ejemplo modas, hábitos, interacción con los demás y forma en que se ven frente a los demás

hipótesis

¿los adolescentes son consientes de las consecuencias del alcohol?
VARIABLE: Yerba Buena
Edad: entre 13 y 18 años de ambos sexos
Ubicación: colegio san Javier

En nuestro caso hablamos de una hipótesis inductiva ya que se esta tratando un tema que surge de la observación de la realidad de nosotros, donde hay una cierta generalidad en base a relaciones que podemos percibir, donde se advierten tendencias, costumbres y vicios.
Lo que se busca a través de esta investigación es tener un poder explicativo, un carácter localizado y resolver problemas concretos.
El alcoholismo social se presenta con mucha frecuencia los fines de semana ya sea en reuniones, antes de salir a bailar, en eventos, buscando desinhibirse, o alguna personalidad diferente a la propia llegando así a una “Mayor diversión”.
Las consecuencias son infinitas como por ejemplo accidentes de transito, actos de violencia, cambios en el estado físico, en las horas de sueño, en su físico en si y la relación con su familia es distinta