lunes, 27 de octubre de 2008

Números que asustan

Como se ve, por casa el problema es grande. Pero en todo el mundo el alcohol es una de las principales causas de accidentes de tránsito. Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud reveló que un conductor que bebe antes de manejar tiene 17 veces más riesgo de tener un choque fatal. El 13 por ciento de las muertes masculinas en accidentes y el 3,4 de las femeninas tienen que ver con el alcohol. Otro dato, de la Organización Mundial de la Salud, sostiene que el 25 por ciento de la muertes por lesiones son por accidentes de tránsito.

De los veinte pesos que sacaba limpios por día, el remisero Supatto separaba diez para pagar la cuota de su casa. Después de unos años en Paso del Rey, había vuelto a su pueblo, con su mujer y sus hijos, para instalarse definitivamente. Primero trabajó con una camioneta repartiendo pan, después con el remís. Todo terminó la madrugada del 18 de septiembre de 2004, frente a la remisería de la avenida San Martín y Pueyrredón.

El remisero fue víctima de la imprudencia y del alcohol que tomó otro. No siempre es así. En enero, en Monte, seis chicos de entre 17 y 20 años murieron cuando el auto en el que viajaban chocó de frente contra un camión con 30.000 kilos de cemento. Habían estado en un cumpleaños y en un boliche. En el velorio, una amiga del chico que manejaba contó que le había pedido que manejara tranquilo porque había tomado. Y que uno de los amigos le había querido sacar las llaves. El choque se produjo cuando el muchacho intentó pasar a tres coches a la vez.

Los jóvenes varones son el grupo de mayor riesgo. De acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación, el 75 por ciento de las víctimas de accidentes fatales son hombres y la franja de 15 a 24 años es la más perjudicada.

Con esta hipótesis de que la combinación alcohol-conducción representa un peligro, durante el verano la Subsecretaría contra las Adicciones bonaerense se puso de acuerdo con la cámara que nuclea a las discotecas para evitar que el llamado after hour interbalneario siguiera provocando accidentes graves. "Unificamos los horarios de cierre, para que los chicos no fueran de un boliche a otro a medida que iban cerrando. Y la cantidad de accidentes bajó. La relación con el alcohol es directa", sostiene Claudio Mate, el titular del área.

Según el funcionario, la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en estaciones de servicio, también redujo los accidentes. "En Brasil, en las estaciones de servicio se ven displays con gin", explica. En la Ciudad de Buenos Aires, el año pasado, habían ensayado un acuerdo con las discos para lograr que quienes no salían en condiciones de manejar dejaran el auto en el estacionamiento hasta el otro día.

En 2004, un estudio en el Hospital Presidente Perón de Avellaneda arrojó que el 33 por ciento de los accidentes con vehículos estaba relacionado con el consumo de sustancias psicoactivas, en la mayoría de los casos el alcohol. Un año antes, el Hospital Cullen, de Santa Fe, recopiló información de la guardia y concluyó que en el 80 por ciento de los choques el conductor tenía algún trago de más. Son datos sueltos, pero refuerzan la tendencia. Salvo para los colectiveros, camioneros o cualquier conductor profesional (donde el límite legal es cero), o para los motociclistas (0,2), la ley establece en 0,5 gramos por litro de sangre el máximo dosaje permitido para salir a manejar. Se llega con dos copas de vino. Los especialistas sostienen que con esa cantidad de alcohol es inconveniente manejar: la automatización de funciones se resiente, las reacciones son más lentas y se produce la llamada visión túnel: la pérdida progresiva de las percepciones visuales laterales.

"Lo ideal es salir sin haber bebido una gota. Con un poquito, las maniobras de esquive ya se alteran", sostiene Alfredo Achával, presidente del Colegio de Peritos Médicos Legistas de la Capital. En ese criterio coincide Alberto Silveira, de la Asociación Luchemos por la Vida, que contó 7.137 muertos por accidentes de tránsito en 2004. Unos 20 por día, en un país que registra uno de los índices más altos de mortalidad en este rubro. Silveira calcula que el alcohol está presente "por lo menos en la mitad de los choques con muertes". Eso, apunta, incluye a quienes van solos y chocan contra una columna o quienes son atropellados porque cruzan una calle borrachos.